15 diciembre, 2007

Eucaristías sin clérigos

Foro Diamantino, Corriente Somos Iglesia Andalucía

Nimega – Holanda : En la iglesia de los padres agustinos, la misa del domingo está presidida a la vez por un protestante y por un católico. Por turno, uno se ocupa de la liturgia de la Palabra y del sermón y el otro de la liturgia eucarística. El católico es casi siempre un simple laico y a menudo una mujer. Para las preces eucarísticas, los textos escritos por el ex - jesuita Huub Oosterhuis son preferidos a los textos del misal. Todos comparten el pan y el vino.

Los padres dominicos proponen que en ausencia del sacerdote, una persona escogida por la comunidad presida la celebración de la misa. "Poco importa que sea hombre o mujer, homosexual o heterosexual, casado o soltero". La persona escogida y la comunidad están invitados a pronunciar juntos las palabras de la institución eucarística: "Pronunciar esas palabras no es una prerrogativa reservada al sacerdote. Tales palabras constituyen la expresión consciente de la fe de la comunidad entera".

El citado librito se inicia con la aprobación explícita de los superiores de la provincia holandesa de los dominicos. Las primeras páginas se dedican a la descripción de lo que sucede los domingos en las iglesias de Holanda.

Por falta de sacerdotes, no se pudo celebrar la misa en todas las iglesias. De 2002 a 2004, el número total de misas dominicales en Holanda ha pasado de 2.200 a 1.900. Por el contrario, en el mismo período el número de "servicios de la Palabra y de la comunión" ha pasado de 550 a 630. Se trata de liturgias de sustitución, sin sacerdote y por tanto sin celebración sacramental, en el que la comunión se realiza con formas consagradas previamente.

En algunas iglesias, la distinción entre la misa y el rito de sustitución es percibida claramente por los fieles. Pero no es el mismo caso en otras iglesias, donde los dos se consideran de igual valor y enteramente intercambiables. El hecho de que sea un grupo de fieles quien designe al hombre o a la mujer que dirija la liturgia de sustitución, refuerza entre los mismos fieles la idea de que esa elección hecha desde la base es más importante que el envío de un sacerdote del exterior y desde arriba.

Dígase lo mismo por la formulación de las preces y por la organización del rito. Se prefiere dar libre curso a la creatividad. En la misa, las palabras de la consagración son a menudo reemplazadas por "expresiones más fáciles de comprender y más de acuerdo con la experiencia moderna de la fe". En el rito de sustitución, es frecuente que la distribución de la comunión se haga juntando formas no consagradas con otras ya consagradas.

En todos estos comportamientos, los dominicos distinguen tres aspiraciones muy extendidas:

- que los hombres y las mujeres a quienes se confía la presidencia de la celebración eucarística estén elegidas por la base

- que, de preferencia, "esta elección esté seguida por una confirmación, una bendición o una ordenación por parte de las autoridades de la Iglesia"

- que las palabras de la consagración "sean pronunciadas tanto por los que presiden la eucaristía como por la comunidad de la que forman parte".

Según los dominicos holandeses, estas manifestaciones se apoyan ampliamente en el Concilio Vaticano II, pues la señal decisiva del Concilio ha sido colocar, dentro de la Constitución sobre la Iglesia, el capítulo sobre el "pueblo de Dios" antes del de "la organización jerárquica constituida de arriba hacia abajo por el papa y los obispos". Esto implica reemplazar la Iglesia "pirámide" por la Iglesia "cuerpo", con el laicado como figura central, lo que a su vez implica una visión diferente de la eucaristía.

La idea de que la misa es un "sacrificio" –afirman los dominicos holandeses- está igualmente ligada a un modelo "vertical", jerárquico, en el que solamente el sacerdote puede pronunciar de manera válida las palabras de la consagración. Un sacerdote que debe ser varón y célibe, según prescribe "una teoría arcaica de la sexualidad".

Por el contrario, de un modelo de Iglesia "pueblo de Dios"deriva una visión más libre y paritaria de la eucaristía: como un simple compartir el pan y el vino entre hermanos y hermanas en medio de los cuales se encuentra Jesús", así como una "mesa abierta igualmente a otras personas de tradiciones religiosas diferentes".

El opúsculo de los dominicos holandeses termina exhortando a las parroquias a elegir "desde la base" a las personas destinadas a presidir la eucaristía. En el caso de que, por razones disciplinarias, el obispo no confirmase a estas personas –por ser casadas o porque son mujeres- las parroquias deberían de todas formas seguir su camino:"Que estas personas sepan que están habilitadas, pase lo que pase, para celebrar una eucaristía real y auténtica cada vez que se reúnan en oración y compartan el pan y el vino".

Los autores de esta obra son los padres Harrie Salemans, cura de Utrecht, Jan Nieuwenhuis, antiguo director del centro ecuménico de los dominicos de Ámsterdam, André Lascaris y Ad Willems, antiguo profesor de teología de la Universidad de Nimega. Otro teólogo dominico holandés, más famoso, se destaca entre la bibliografía de referencia: Edward Schillebeeckx, de 93 años. En los años 80 fue sometido a examen por la Congregación para la Doctrina de la Fe por sus tesis cercanas a las que hoy se reúnen en esta obra.

La Conferencia Episcopal holandesa se guarda de dar una respuesta oficial, pero ya han hecho saber que la proposición de los dominicos está "en oposición con la doctrina de la Iglesia Católica ".
En Roma la curia generalicia de los dominicos ha reaccionado débilmente. En un comunicado fechado el 18 de septiembre –no publicado en la web de la Orden- ha definido este libro como una "sorpresa" y ha tomado sus distancias en relación con la "solución" propuesta. Pero ha declarado que comparte la "inquietud" de sus hermanos holandeses respecto a la escasez de sacerdotes: "Parece que ellos tengan la impresión de que las autoridades de la Iglesia no han trabajado suficientemente la cuestión y, en consecuencia, empujen hacia un diálogo más abierto (...) Pensamos que hay que responder a esta inquietud con una reflexión teológica y pastoral prudente entre la Iglesia entera y la orden dominicana"
En Holanda, los dominicos han anunciado una próxima reimpresión del libro. Los 2.500 primeros ejemplares se agotaron rápidamente.
El Sínodo de obispos de 2005 ha trabajado sobre las cuestiones planteadas por los dominicos, habiendo extraído unas indicaciones radicalmente diferentes.

23 octubre, 2007

Eucaristías sin curas Dominicos holandeses "reinventan" la Misa

Aporte de Movimiento También Somos Iglesia- Chile

martes 23 de octubre de 2007


ROMA, 3 de octubre del 2007 – En el volver a darle plena ciudadanía al rito antiguo de la misa, con el motu proprio "Summorum Pontificum", Benedicto XVI ha mencionado su intención de reaccionar también al exceso de "creatividad" que en el nuevo rito "llevó a menudo a deformaciones de la liturgia al límite de lo soportable".

Ateniéndose a lo que ocurre en algunas áreas de la Iglesia, esta creatividad incide no sólo sobre la liturgia sino también sobre los mismos fundamentos de la doctrina católica.

En Holanda, en Nijmegen, en la iglesia de los frailes agustinos, cada domingo la misa es presidida conjuntamente por un protestante y por un católico, que se turnan entre la liturgia de la Palabra y el sermón, y la liturgia eucarística. El católico es casi siempre un simple laico, y frecuentemente una mujer. Para la plegaria eucarística, en vez de los textos del misal se prefieren los textos compuestos por el ex jesuita Huub Oosterhuis. El pan y el vino lo comparten todos.



Ningún obispo ha autorizado jamás esta forma de celebración. Pero el P. Lambert van Gelder, uno de los agustinos que la promueve, está seguro de estar en lo correcto: "En la Iglesia son posibles diferentes formas de participación, nosotros somos parte de la comunidad eclesial a todos sus efectos. No me considero para nada cismático"

Siempre en Holanda, los dominicos han hecho más, con el consenso de los provinciales de la orden. Dos semanas antes de que entrara en vigor el motu proprio "Summorum Pontificum" distribuyeron en todas las 1300 parroquias católicas un opúsculo de 38 páginas titulado "Kerk en Ambt", Iglesia y ministerio, en el cual proponen transformar en regla general lo que en varios lugares ya se practica espontáneamente.

La protesta de los padres dominicos es que, a falta de un sacerdote, sea una persona escogida por la comunidad quien presida la celebración de la misa: "No importa que sea hombre o mujer, homo o heterosexual, casado o célibe". La persona escogida previamente y la comunidad son exhortados a pronunciar juntos las palabras de la institución de la eucaristía: "Pronunciar estas palabras no es una prerrogativa reservada a los sacerdotes. Esas palabras constituyen la consciente expresión de fe de la comunidad entera".

El opúsculo se abre con la explícita aprobación de los superiores de la provincia holandesa de la orden de los predicadores y dedica las primeras páginas a una descripción de lo que sucede el domingo en las iglesias de Holanda.

Por escasez de sacerdotes, no en todas las iglesias se celebra la misa. Desde el 2002 al 2004 el número total de las misas dominicales en Holanda ha descendido de 2200 a 1900. En cambio, en el mismo periodo ha aumentado de 550 a 630 el número de "servicios de Palabra y comunión": es decir, liturgias que la sustituyen, sin el sacerdote y por tanto sin celebración sacramental, en las cuales la comunión se hace con hostias consagradas antes.

En algunas iglesias la distinción entre la misa y el rito que la sustituye es percibida claramente por los fieles. Pero en otras no, las dos cosas son consideradas de igual valor, intercambiables en todo. Más aún, el hecho de que sea un grupo de fieles el que designe al hombre o mujer que guía la liturgia sustituta consolida en los mismos fieles la idea de que su elección "desde abajo" es más importante que el envío de un sacerdote de afuera y "desde arriba".

Y lo mismo ocurre para la formulación de las plegarias y para el ordenamiento del rito. Se prefiere dar libre campo a la creatividad. Las palabras de la consagración, en la misa, son frecuentemente sustituidas por "expresiones más fáciles de entender y más en sintonía con la moderna experiencia de fe". En el rito sustituto, sucede frecuentemente que a las hostias consagradas se agregan hostias no consagradas y se distribuyen todas juntas para la comunión.

En estos comportamientos los dominicanos holandeses distinguen tres expectativas difundidas:

– que los hombres y las mujeres a quienes se les confía que presidan la celebración eucarística sean escogidos "desde abajo";

– que se espera que "esta elección sea seguida de una confirmación o bendición, u ordenación por parte de la autoridad de la Iglesia";

– que las palabras de la consagración "sean pronunciadas tanto por quienes presiden la eucaristía, como por la comunidad de las que ellos son parte.

A juicio de los dominicanos holandeses, estas tres expectativas tienen pleno fundamento en el Concilio Vaticano II.

La movida decisiva del Concilio, a su juicio, ha sido la de introducir en la constitución sobre la Iglesia el capítulo sobre el "pueblo de Dios" antes que el de "la organización jerárquica constituida desde lo alto hasta lo bajo, desde el Papa y desde los obispos.

Esto implica sustituir una Iglesia "pirámide" con una Iglesia "cuerpo", con el laicado como protagonista.

Y esto implica también una visión diferente de la eucaristía.

La idea que la misa sea un "sacrificio" – sostienen los dominicos holandeses – está también ligada al modelo "vertical", jerárquico, en el cual sólo el sacerdote puede pronunciar válidamente las palabras de la consagración. Un sacerdote varón y célibe, como está prescrito por "una antigua teoría de la sexualidad".

En cambio, del modelo de la Iglesia "pueblo de Dios" deriva una visión de la eucaristía más libre y paritaria: como simple "compartir el pan y el vino entre hermanos y hermanas en medio de lo cual está Jesús", como "mesa abierta también a gente de diferentes tradiciones religiosas".

El opúsculo de los dominicos holandeses termina exhortando a las parroquias a escoger "desde abajo" las personas a las cuales hacer presidir la eucaristía. Si por motivos disciplinarios el obispo no confirmase a tales personas – porque están casadas, o porque son mujeres – las parroquias seguirán igualmente su camino: "Sepan que ellas de todos modos están habilitadas para celebrar una real y genuina eucaristía cada vez que se reúnen en oración y comparten el pan y el vino".

Los autores del opúsculo son el padre Harrie Salemans, párroco de Utrecht, Jan Nieuwenhuis, ex director del centro ecuménico de los dominicos de Ámsterdam, André Lascaris y Ad Willems, ex profesor de teología en la universidad de Nijmegen.

En la bibliografía citada por ellos sobresale otro, más famoso, teólogo dominico holandés, Edward Schillebeeckx, 93 años, que en los años ochenta terminó bajo el examen de la congregación para la doctrina de la fe por tesis cercanas a las que ahora confluyen en el opúsculo.

La conferencia episcopal holandesa se reserva replicar oficialmente. Pero ya ha hecho saber que la propuesta de los dominicos se presenta "en conflicto con la doctrina de la Iglesia católica".

Desde Roma, la curia general de los predicadores ha reaccionado débilmente. En un comunicado del 18 de setiembre – no publicado en el sitio web de la orden – ha definido el opúsculo como una "sorpresa" y ha tomado distancia de la "solución" propuesta. Pero ha señalado que comparte "la inquietud" de los hermanos holandeses sobre la escasez de sacerdotes: "Puede ser que sientan que la autoridad de la Iglesia no haya tratado suficientemente este asunto y, como consecuencia, empujen así a un diálogo más abierto. [...] Creemos que a esta inquietud se debe responder con una reflexión teológica y pastoral prudente entre la Iglesia interna y la orden dominicana".

Desde Holanda, los dominicos han anunciado una próxima reimpresión del opúsculo, cuyas primeras 2500 copias se agotaron rápidamente.

08 septiembre, 2007

Los dominicos holandeses hacen un llamamiento para que los laicos celebren la misa

Aparecido en el semanario católico británico The Tablet

La orden de los dominicos en los Países Bajos ha realizado una recomendación radical: ministros laicos, escogidos por sus feligreses, deberían poder celebrar la eucaristía si no hay sacerdotes ordenados disponibles.En un boletín enviado por correo a todas las 1.300 parroquias del país, afirma que la Iglesia debería modificar su modelo de misa, centrado alrededor de la figura del sacerdote, por otro construido alrededor de una comunidad que comparte el pan y el vino en la oración.

"El hecho de que sean mujeres o hombres, homosexuales o heterosexuales, casados o solteros, no viene al caso. Lo que es importante es una actitud infecciosa de fe" dice el boletín, que tiene el visto bueno de los líderes holandeses de la orden.

Sin embargo, la Conferencia Episcopal Holandesa manifestó enseguida que el boletín parecía estar "en conflicto con la fe de la Iglesia Católica Romana". Dijo que no tuvo conocimiento anterior del proyecto y que tenía que estudiar el texto en más detalle antes de pronunciarse.

El boletín de 38 páginas, "Kerk en Ambt" (Iglesia y Ministerio) fue escrito por 4 dominicos que incluyen al Padre André Lascaris, teólogo del Centro de Estudios Dominico para la Teología y la Sociedad de Nijmegen. El Padre Lascaris estuvo involucrado en trabajos a favor de la paz en Irlanda del Norte entre 1973 y 1992 y ha publicado numerosos artículos y libros acerca de conflictos, la violencia, el perdón y la reconciliación.

Los demás co-autores son el Padre Jan Nieuwenhuis, director jubilado del centro ecuménico dominico de Amsterdam, el Padre Harrie Salemans, párroco en Utrecht y el Padre Ad Willems, profesor jubilado de teología en la Universidad de Radboud en Nijmegen.

El boletín refleja las opiniones del teólogo dominico belga Edward Schillebeeckx. En 1986 la Congregación para la Doctrina de la Fe bajo el Cardenal Joseph Ratzinger advirtió al Padre Schillebeeckx que sus comentarios sobre la eucaristía y el ministerio eran "erróneas" pero no realizó ninguna acción en su contra.

El boletín afirma que muchos católicos holandeses están frustrados, que la unión de parroquias y el cierre de iglesias es la respuesta principal al reto de la disminución de los clérigos. "La Iglesia está organizada alrededor de los sacerdotes y considera el sacerdocio más importante que las comunidades de la fe", comentó el Padre Salemans en una entrevista colocada en el sitio web de la orden holandesa. "Esto es fatal para las feligresías locales".

Siguiendo el modelo de la Iglesia primitiva, dice el boletín, una feligresía podría elegir su propio ministro laico para presidir las celebraciones. El ministro y la congregación recitarían las palabras de la consagración juntos. "Recitar estas palabras no es el derecho ni el poder exclusivo del sacerdote", dice el boletín. "Se trata de la expresión consciente de fe de toda la congregación."

El número de dominicos holandeses se ha menguado al igual que los otros clérigos y ahora quedan sólo 90 varones. Desde 2000 se han cerrado unas 200 parroquias en los Países Bajos debido a la falta de sacerdotes y la caída de la asistencia en las celebraciones.

William Jurgensen

12 julio, 2007

DECLARACION DE LA PARROQUIA DE S. CARLOS BORROMEO

Ante la situación de desconcierto creada en estos meses y como seguimos sin
entender la necesidad de cerrar nuestra parroquia, ofrecemos a la Iglesia y a cuantos nos habéis apoyado durante este tiempo, una visión de lo que hemos experimentado y estamos viviendo y el camino que vamos a seguir recorriendo, en comunión y diálogo con la Iglesia, cuya riqueza nace de la unidad en la diversidad, ya que el mensaje del Evangelio es una oferta para todos los seres humanos sin distinción de razas, credos, culturas o sexo.

A comienzos de los años ochenta comenzaron a llegar chavales a algunas
parroquias de nuestros barrios, solicitando ayuda por sus problemas de drogadicción,
fundamentalmente, aunque traían otras cargas detrás, muchos estaban en la calle y
cometían delitos más o menos importantes. Surgieron miedos en algunas feligresías y
curas, por lo que se suscitó un debate sobre si se podía atender o no en la parroquia a jóvenes con ese tipo de problemas. En estas circunstancias se inició la experiencia en San Carlos Borromeo en 1981 con el apoyo del Obispo Alberto Iniesta, siendo el Cardenal de Madrid Enrique Tarancón, dedicándose la parroquia preferentemente a la marginación, dejando en 1986 de ser territorial, por iniciativa del Obispo García Gasco, estando en Madrid el Cardenal Angel Suquia.

Los chicos y las madres

Desde el principio acudían a la parroquia muchos jóvenes y sus familias a pedir
ayuda para salir de su situación. Las madres no comprendían qué estaba ocurriendo con
sus hijos, hablaban de las malas compañías y se sentían estigmatizadas por parientes y vecinos. Tampoco sabían responder al problema de sus hijos. Comenzamos a tener
reuniones con ellas y algún padre. Pronto empezaron a vivir la muerte de sus vástagos, las entradas violentas de la policía en sus casas, las torturas de sus chicos en comisarías y cárceles, incluida alguna muerte en estos centros. La parroquia se convertía en un lugar de dolor del que participaban los feligreses que acudían a las distintas actividades parroquiales. En pocos años decidieron que su vida no tenía sentido sin la lucha por sus hijos y comenzaron a acudir en grupos a comisarías, juzgados, cárceles, denunciando todo lo que estaban conociendo, entre otras cosas, las estafas por parte de ciertos abogados y oficiales judiciales, las amenazas y la corrupción y connivencia policial en el tema del narcotráfico. Además de ello atendían a los hijos de otras madres y animaban a éstas.

Los chavales han acudido de todas partes con sus carencias afectivas, al principio eran los hijos de las familias más pobres y más desatendidas social y humanamente. La mayoría ha sufrido el abandono y el fracaso escolar, la calle ha sido su espacio vital, han pasado por centros o cárceles de menores, conocen los malos tratos y las torturas, su estigmatización como malos y sin solución, con sus miedos e inseguridad. Nuestras casas se han abierto a ellos, hemos buscado trabajo y generado
autoempleo. Eran tabla rasa en cuanto a lo ético y religioso porque no conocían el
afecto. A través de la acogida, el apoyo incondicional y su defensa en tantas cosas,
nació el cariño y con él su seguridad, su capacidad de autoestima y, finalmente, el
sentido ético, el deseo de no hacer daño y de responder a lo que se hacía con ellos.

Recorrido de la fe

Lógicamente fueron los funerales de tantos chavales los que hacían acudir a “los
colegas” y amigos a una celebración en torno a la mesa de Jesús y a su buena noticia. Su primer contacto era descubrirla como la mesa de los excluidos, de los rechazados, de los pobres. Jesús les invitaba, nos invitaba a descubrir la buena noticia, el reino del amor y de la justicia. ¿Yo puedo comulgar?, preguntaba uno. El cura dice que Jesús nos invita, le contestaba otro.

El tema central era la resurrección: Ningún poder puede destruirnos si vivimos la
buena noticia de Jesús, el amor y la solidaridad o comunión, se proclamaba, y
adaptábamos el lenguaje y la liturgia a su capacidad de comprensión. Un día preguntaba un chaval a uno de los curas sobre la resurrección. El cura intentaba explicarle y el chaval respondió: No lo entiendo, pero cuando te mueras, me cojo de tu mano y, a donde vayas, voy. Poco después recordábamos, en una eucaristía, la petición de Dimas a Jesús en la cruz: Acuérdate de mí cuando estés en tu reino.
Juntos hemos ido descubriendo la fe como el motor de nuestras vidas. Los
chicos y chicas y las madres han comprendido pronto los gestos liberadores de Jesús de curación y de expulsión de demonios: tu fe te ha curado. Entendemos que nuestra fe
consigue hacernos salir de situaciones de impotencia y nos hace superar miedos: ¿por
qué tenéis miedo, hombres de poca fe?

Inicialmente hemos intentado bucear en el Jesús histórico para descubrir en
quién creemos. Se han ido identificando, así, con el Jesús que da la buena noticia a los pobres y, poco a poco, han recuperado la capacidad de autoestima y la ayuda a los otros. Incluso han llegado a intuir la resurrección no de una manera conceptual, sino como el grito de que ningún poder puede destruir nuestra vida humana y espiritual. La vida personal y la fe se han ido integrando de una manera progresiva, en un recorrido paulatino.

Los otros

Desde los comienzos ha acudido gente de todas partes, además de la propia del
barrio, profesionales de distintas áreas en un intento de colaboración, abogados, jueces, fiscales, empresarios, estudiantes de educación y trabajo social, psicólogos, médicos, etc. La expresión ha sido habitual: venimos a ayudar y son los chicos y las madres los que están dando sentido a nuestras vidas. De ahí que algunos se hayan quedado a vivir entre nosotros o se lleven a chavales a vivir a sus casas, hasta un magistrado que, en lugar de juzgar a un chico, se lo llevó con su familia.

También vinieron en su momento los insumisos y sus madres, que se organizaron como las de los chavales de la calle, más adelante los “okupas”, que hasta nos pidieron que sus padres pudieran venir a la eucaristía. Los gitanos venían más individualmente, pero acogimos a cuarenta y dos miembros de cuatro familias que habían echado a la calle y estuvieron dos meses y medio alojados en la parroquia a
finales de 1998 hasta que, por la lucha de todos, conseguimos que les dieran casa en un poblado gitano. Desde ese momento muchos de ellos se han incorporado a la
convivencia parroquial.

A comienzos de 2001 acudieron setenta emigrantes que estuvieron cerca de siete
meses en la parroquia, durmiendo en colchones en el suelo. Reivindicaban sus papeles,
pero no tenían sitio donde ir. En ese tiempo buscamos viviendas y trabajo, quedando
muchos en nuestras casas, sobre todo los marroquíes. Comparten nuestras celebraciones, rezan con nosotros y, cuando hay muchos, los musulmanes leen el Corán,
que traducimos, uniéndonos también a su oración, sintiéndonos hijos del mismo Padre.
En consecuencia nos reunimos, desde hace años, gente de toda condición social,
desde las clases más altas a las más bajas, frecuentamos las casas unos de otros, el
compartir se ha hecho una realidad y de ahí ha surgido también la fiesta común en la
parroquia que hace superar tanto sufrimiento.

La celebración de la Fe

Es la consecuencia de lo que vamos viviendo juntos, de la conjunción entre nuestra vida, nuestra lucha y nuestra fe, compartiendo casa, trabajo, comida, situaciones
difíciles y la multiplicación de lo que recibimos gratis. Celebramos las Cenas del Señor de la manera más sencilla que sabemos para que la liturgia sea inteligible para todos, recordando la frase de San Agustín: fortiter in re, suaviter in modo. Aplicada a la liturgia, para que el contenido penetre, sé muy sencillo en la forma.

Con la fe y la resurrección celebramos el perdón y esto también es paulatino. El
perdón entre chavales, algunos muy violentos, nuestro perdón a ellos, que nos han
hecho muchas faenas, el perdón de ellos a nosotros por nuestras recriminaciones y
tantas faltas de paciencia y comprensión. El perdón a policías, enemigos naturales,
sobre todo a los que han torturado y matado a algún chaval, el perdón a funcionarios de prisiones o a determinados jueces, ha resultado muy difícil. Pero hoy entienden y
entendemos, gracias a la cercanía de muchos de ellos, la diferencia que existe entre el estamento al que se pertenece y la persona. Hemos comprendido que acogernos y
ayudarnos es lo que nos posibilita cambiar de conducta a unos y a otros.

Conclusiones

El recorrido de nuestra parroquia ha consolidado una asamblea, una comunidad,
encarnada en el mundo de la exclusión como lugar social, no geográfico. Cualquier
recorrido que deba hacer esta parroquia en el futuro tiene necesariamente que respetar la esencia de esta comunidad parroquial, de relaciones humanas fraternas, solidarias y justas.

a. Somos parroquia que vive y celebra la fe. Hemos encontrado en la comunidad parroquial la oportunidad de vivir nuestra vinculación como creyentes abiertos a la situación presente y acogidos por la realidad de la marginación.

b. Descubrimos cómo el lugar social de la exclusión es el espacio vital de los preferidos de Jesús. El mundo de la exclusión social, que nos llama y convoca, acoge nuestro compromiso vital para darnos la oportunidad de hacer realidad lo anunciado por Jesús en el Juicio Final: Porque tuve hambre y me disteis de comer, sediento y me disteis de beber… (Mateo 25, 31-46).

c. Descubrir la fe de la mano de los pobres nos ha hecho entender que el
anuncio de la Buena Nueva es una Palabra ofrecida a todas las personas, desde el lugar de los últimos, que se ha de encarnar en “anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, poner en libertad a los oprimidos y anunciar la amnistía de parte de Dios” (Lucas 4, 16-21)

d. Es tarea primordial, desde la comunión eclesial, cuidar de los miembros más débiles, por lo que es importante recordarnos que Jesús supeditó la ley al ser humano y a la fe.

e. El lugar social de aquéllos que viven en la pobreza: toxicómanos,
inmigrantes, presos, enfermos de Sida, prostitutas, familias sin recursos,
mujeres maltratadas, homosexuales, menores, familias separadas… nos ha llevado a celebrar la fe desde expresiones inteligibles y significantes, que nos ayuden a reconocernos en la comunión de quienes se sienten discípulos del Dios de Jesús.

f. Vivir la fe en la Iglesia, desde esa pasión esperanzada que nos provoca el
evangelio de Jesús, nos ha vinculado a personas de todo tipo y condición.
Compartir la mesa de Jesús ha sido sentarnos, en torno ella, creyentes y no
creyentes; ateos y escépticos; ricos y pobres… todos aquéllos con quienes, aun no compartiendo inicialmente la fe en el Dios de Jesús, sí compartimos la fe en el ser humano desnudo, vivida al estilo de Jesús (Marcos 7, 24-30).

g. Es necesario no sustraer al mundo de los pobres una parroquia que, ya de hecho, viven como referente y casa donde morar. Los excluidos tienen derecho a tener su parroquia. Mantener la comunidad parroquial,que es referente imprescindible para muchos de sus miembros en la vida diaria y de fe, no puede en modo alguno ser sustituida.

Entrevías, Julio de 2007

23 junio, 2007

PROCONCIL . Hacia un Nuevo Concilio, con la participación activa del Pueblo de Dios.

Pasamos una carta que abre un rayo de esperanza

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Estimado /a amigo /a:

Les invitamos a leer el documento provisional de conclusiones de la V CELAM, pendiente de su aprobación por el Vaticano. Próximamente, del 10 al 13 de julio, se celebrará en La Habana (Cuba) la Asamblea Ordinaria del CELAM, para sentar las bases de la continuidad de Aparecida. <http://www.proconcil.org/document/Especiales/VCGELC/00VCELAM.htm>

Aparecida ha posibilitado una aproximación entre sectores de la Iglesia, con el valor añadido de un relativo reconocimiento de la Teología de la Liberación. Pueden leer el interesante artículo de John Allen "La perdurable herencia de la Teología de la Liberación". <http://www.proconcil.org/document/VCELAM/Allen.htm>

Como saben, en estos días conmemoramos el 30 aniversario de la asamblea de teólogos organizada por la revista Concilium (Chicago, 1977) con el título: "Hacia el Vaticano III: Lo que está por hacer en la Iglesia", por ello, y enlazando con el final de Aparecida, nos ha parecido oportuno recordar las palabras de Juan Pablo II, recordando las palabras del Concilio Vaticano II, en favor de que se impulsen en la Iglesia los concilios locales y particulares (Exhortación postsinodal Pastores Gregis, 2003). <http://www.proconcil.org/document/2003/Frag.Pastores.gregis.htm>

Y como un ejemplo del enfoque integrador que deberían adoptar estos concilios, les ofrecemos el artículo de Rafael Díaz Salazar, titulado "Constitución cultural y Concilio de Jerusalén en España". <http://www.proconcil.org/document/2007/Constitucion.cultural.htm> IMPORTANTE: APOYO ECONÓMICO.

Necesitamos poder afrontar gastos de programación, imprenta, desplazamientos, servicios informáticos, etc, Este servicio de comunicación es gratuito y nuestro trabajo en Proconcil es de carácter voluntario, pero no podemos asumir más costes adicionales. Les pedimos que los que puedan hacerlo, asuman un compromiso solidario, también económico, respaldando la labor de Proconcil.

Les recordamos que la cuenta de la Fundación Proconcil está en Cajamar, en el siguiente número de cuenta: 3058 0964 95 2720012843

Saludos cordiales: Emilia Robles y Javier Malagón Coordinadores

Por favor, difunda también este mensaje e invite a otras personas y grupos a firmar la Carta de Adhesión a la RED DE RENOVACIÓN CONCILIAR, en <http://www.proconcil.org/espanol/petic.htm>

24 mayo, 2007

Boff en Zaragoza

El Centro Pignatelli a través del Seminario de Investigación para la Paz trae a Leonardo Boff, para hablar de la Carta de la Tierra y del "Agua como factor ecológico, de humanidad , de espiritualidad y de cooperación" http://www.seipaz.org/documentos/boff.pdf
Un enlace de la Carta de la Tierra aqui y a la web de Leonardo Boff aqui. Declaraciones a agencia EFE en Zaragoza aqui.